viernes, 13 de noviembre de 2015

¿QUIERES A TU HIJO/A? ENTONCES ¡TIRA LA TELE POR LA VENTANA!


Por una vez voy a posicionarme totalmente en contra de una tecnología...



He vivido muchas veces la siguiente situación


Un padre, una madre o ambos se citan en mi centro para hablar sobre el (mal) rendimiento escolar de su hijo/a. Me piden consejos para mejorar la situación. Yo, desde hace casi veinte años, repito la misma terna: en primer lugar, "tómate en serio el seguimiento de la  agenda escolar de tu hijo";  segundo, "siéntate con él para asegurarte de está aplicando técnicas de estudio", y el tercero: "saca la tele de su habitación".

Así  de simple...y así de difícil de conseguir: apenas un veinte por ciento de las familias  dicen, en la siguiente reunión,haber atendido a este último consejo. Y es que,aun compitiendo con móviles y videoconsolas, la presencia de dos o más televisiones sigue para muchos hogares  marca de bienestar - más teles en casa equivale a  más confort- o la versión barata de una guardería.

Sin tener un estudio estadístico serio al alcance de la mano, por experiencia puedo decir que hay una estrecha relación entre un mal rendimiento y la  presencia de la televisión  en la habitación de los niños y jóvenes. El tiempo que les come el infernal aparato es abusivo.  La tele es también muchas veces  culpable del cansancio matinal del alumnado: al ser preguntados sobre el por qué de estar derrengados sobre la mesa del aula, muchos -confesando por supuesto lo que puede confesarse sin rubor-   le echan la culpa al programa nocturno de moda, o al partido de fútbol en diferido.



Pero esto no es lo peor: por la pantalla se cuelan en la habitación de los que más queremos  canis y chonis y viceversa, gritones pasándose por el arco de triunfo el respeto y la discreción, tertulianos que despellejan al enemigo ideológico, personas que dejan su felicidad en manos de un cambio de corte de pelo, asesinos, violadores y  psicópatas del celuloide...Y todos esto cuando están solos y con la puerta cerrada,porque nosotros estamos en otra habitación, ocupados frente a  otra pantalla con los mismos u otros monstruos. 

 Como docente, estoy hasta el gorro de tener que pelear cada día con semejantes competidores educativos. ¿De qué vale hablar cuarenta y cinco minutos en una tutoría  o en un rato de charla en casa alrededor de la mesa sobre el valor del ser frente al tener, del respeto a la mujer  o de la tolerancia hacia el que piensa diferente cuando durante horas y horas nuestros niños y jóvenes están recibiendo, con nuestro consentimiento, mensajes totalmente opuestos a estos?

Sé que el problema del rendimiento preocupa y mucho a los educadores. Ahí están si no, las más de 120.000 visitas a mi presentación 10 ideas para mejorar el rendimiento escolar.  Pero la pasividad se ha convertido en nuestro enemigo número uno. Por eso escribo hoy sobre este tema aunque ya antes otros especialistas lo han hecho, mucho y bien, sopesando pros y contras. 

Pero yo hoy  no busco consensos ni vías medias. Estoy harta y estoy furiosalo que quiero y necesito es desahogarme y sacar el enorme enfado que llevo dentro, así que  lo grito: ¡ME C....EN LA TELEVISIÓN DENTRO DE LAS HABITACIONES!¡ A LA CALLE CON ELLA!¡TIRADLA POR LA VENTANA! ¡SACADLA DEL ESPACIO DE VUESTROS HIJOS!¡NO DEJÉIS QUE LOS MONSTRUOS USURPEN VUESTRO PAPEL DE EDUCADORES!

Si estás cabread@ como yo, por favor, difunde este texto.







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