lunes, 8 de septiembre de 2014

LA IMPLANTACIÓN DEL CURRICULUM COMPUTACIONAL


Photograph: Francois Wavre/Rezo.ch/Rezo from theguardian.com

LOS COLEGIOS DE MADRID IMPARTIRÁN CLASE DE PROGRAMACIÓN A PARTIR DEL CURSO 2014-15

Los medios recogen la noticia esta semana. Serán los profesores de Tecnología quienes impartan la nueva asignatura.  De esta manera Madrid se une a un plan similar del Reino Unido que también arranca este mes de septiembre. En el caso de Reino Unido, los contenidos se articulan en torno a estos temas:

  • Programación y creación de apps
  • Manipulación de placas de ordenador
  • Creación de modelado molecular (animación 3D)
  • Privacidad y administración de la identidad digital
  • e-seguridad
  • Emprendimiento creativo en entornos digitales
En conjunto, la idea general es convertir a a los niños y jóvenes en programadores y creadores de apps.

No son los únicos: François Hollande ha anunciado también hace unos días "un grand plan numérique pour l' école de la République", para el inicio del curso 2016-17, aunque por el momento el discurso es más difuso, más político y parece caminar un paso más atrás: "necesidad de las colectividades locales para llevar adelante el proceso", "trabajo interministerial", "modalidades financieras" y "conversión de contenidos a formato digital", amén de proporcionar al alumnado tablets y portátiles. En Estados Unidos, Obama presenta su programa con amplio apoyo del sector privado. Así, por ejemplo, Los Ángeles proporcionará a 650.000 alumnos un iPad antes de  2015.


 Parece que, tal y como advertía Emilio Quintana en una entrada del  inspirador y   clausurado blog Nodos ELE hace ahora exactamente un año, se avecina otra horda de prácticas y discursos apoyados en la novedad del cambio léxico  -de currículo TIC a currículo computacional- y la fascinación por las nuevas posibilidades técnicas para tener, si no lo remediamos, más de lo mismo: nueva cacharrería tecnológica ausente de reflexión y de prácticas metodológicas que no producirán la transformación educativa que estamos esperando.



No obstante, vislumbro algo positivo en todo esto: cuanto más se expanda el uso de  la tecnología entre los aprendientes, más aumentará la exigencia de los mismos de ser enseñados con otras metodologías que no las de ahora. Al mismo tiempo, tendrán dotación  suficiente para poder emprender sus propios itinerarios de aprendizaje. Estaremos, pues, más cerca de alcanzar los anhelados currículos abiertos.

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