martes, 2 de septiembre de 2014

UNA BIBLIOTECA SIN LIBROS DE PAPEL


La ha abierto la recién estrenada Florida Polytechnic University. Alojada en un vanguardista edificio obra del arquitecto español Calatrava,  contiene un catálogo de 135.000 libros digitales para consulta de los alumnos en cualquier dispositivo ereader. DE los 500.000 dólares anuales presupuestados, 60.000 se reservan para la adquisición de libros adicionales: los estudiantes leen los libros aún no incluidos en la biblioteca y, una vez que el libro sea visto al menos dos veces, el libro se adquiere de forma automática.  Este modo de funcionamiento “permite que muchos más más libros estén disponibles a los estudiantes, y la universidad solamente tienen que pagar cuando el estudiante o algún miembro de la facultad usa el libro, permitiendo a los estudiantes elegir directamente los títulos que quieren leer y que deben ponerse a disposición de ellos por parte de la biblioteca”, comenta la directora Kathryn Miller. A esta repositorio inicial hay que sumar, además, la posibilidad de consultar bases de artículos científicos como la IEEE, EBSCO, Cambridge, Oxford o Sage.

El acceso a  libros físicos se garantiza a través del sistema de préstamo interbibliotecario. Anecdóticamente, en la dotación tecnológica también se incluyen impresoras.No obstante,dice Miller "apelamos enfáticamente a que nuestros estudiantes lean y trabajen con información digital”. Para solucionar los problemas de licencia se exige un pago anual por libro en lugar de tenerlo en propiedad.


La biblioteca presenta una imagen muy distinta  a la que nos tienen acostumbrados estos espacios: han desaparecido las estanterías repletas de libros para dar paso a salas con ordenadores,  portátiles y  tablets, así como lugares confortables para  leer.  Fin, por tanto, de las listas de espera para que los estudiantes puedan consultar  una obra determinada. ¡El sueño de todo profesor y estudiante universitarios! 

La lectura digital del texto enriquecido ha permitido  el realizar de manera aleatoria en muchos casos conexiones y hallazgos interesantes sobre el tema investigado. Una biblioteca de esta naturaleza podrá ampliar enormemente este potencial.

Se presume, pues, una labor de digitalización de obras sin precedentes. Habrá que buscar soluciones para las obras  que ya están  descatalogadas.Pero, sobre todo, la nueva biblioteca se convierte en referente para las presentes, universitarias o no. Habrá que repensar modelos de acceso a la información bibliográfica que estén a  la altura no sólo de los cambios tecnológicos, sino de las nuevas maneras de apropiarse y gestionar la información. Se pone en juego, entre otras   una nueva manera de acometer la investigación que puede dar frutos excelentes.

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